érase una vez un comienzo...

20/03/2008 04:50 AM

volvíamos de Ixmiquilpan, la tierra mera de Mayahuel, la tierra que aún habla Otomí, la tierra que florece mujeres y algunas de ellas pareciera que nacieron ancianas. Tanta sonrisa vimos en esos rostros resquebrajados, que sentimos cierto alivio del que uno busca cuando se escapa de la ciudad.

Encontramos al Teco con nueva familia, nueva pareja y nuevo hijo, un dálmata hermoso de apenas cuatro meses que se ha encargado de tapizar y alfombrar toda superficie de su pelaje. Un escenario Parroquiano fabuloso, una calidez entrañable. El café. Un otro hijo: el nuevo CD conmemorando el II Aniversario. En horabuena!!! Y allá va la foto del regalo (¿o viceversa?) con la verdadera modelo de la verdadera Diana, la que no está en Reforma, DF.

El nuevo restaurante de su hermano no podía quedarse atras con los manjares, salmón empapelado gratinado con queso nosequé que reultaba una maravilla al olfato, al gusto y al alma.

Volvíamos y Madre sufría un atentado a su salud, a su tranquilidad tan postergada, por surte acudimos prontos y al final todo se resolvió a favor de la tranquilidad. Madre supo de sus hijos, incluso aquellos que ella no parió. La sorpresa no cedió y nos brindó esta otra calma...

Una llamada telefónica ofreciendo más trabajo y la inesperada noticia de que era cierto, se había ido. Un nuevo y muy otro comienzo nos tiene aquí. La vida es para hacerla nuestra. Gracias a los amigos, a los que han decidido quedarse un rato más. Nunca esperando, más bien construyendo, procurando, y casi siempre sin saberlo... enseñando nuevas rutas.

Érase que se es de esta semilla esta raiz.

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