Tu prosa líquida

Me encanta tu prosa líquida que se te desparrama por las manos, que llega a las vías del metro, que el metro se lleva entre las llantas y la va depositando en cada estación, todxs la huelen, se impregnan de ella sin percatarse. Cuando se besan, cuando se miran, cuando ascienden y cuando descienden la intercambian.

Quizá igual tú. Así la tomaste de otra, cuasiosmóticamente cuando decidiste antivertiginosa sentarte en el piso del metro y fundirte con él/ella.