Nos miramos

Nos miramos, era la madrugada el sueño de nuestras mejores historias, los demonios creativos de la alegría, la dicha y la felicidad nos abrazaban al colmo de nuestros sudores.

Hubo que pasar esta distancia, estos líos maritales, familiares. Así estaba escrita nuestra rabia de sabernos separados. Me lo habían contado los ancianos. El barrio es insolente, laberíntico, no busques corazón donde hay tanto por hacer.

Este torbellino que ha estado encendiendo mi piel ya por varios años, al parecer tomará un pairo. Volveré a mi oficio de fantasma a deambular por las esquinas del tiempo, rondándote aunque no se con cuál nuevo rostro llegues, será una nueva era, una muerte que se esmera.

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